Un modesto equipo de Segunda B y que prácticamente era inexistente para los medios de comunicación, se había plantado en los cuartos de final de la Copa del Rey de Fútbol. Irigoyen presentó a los miembros de la comisión al encargado del campo, con el que se realizó un convenio de alquiler por el término de 5 años. Fue contra la Sociedad Gimnástica Española en la II Copa Rodríguez Arzuaga.