Sus primeros pasos oficiales los dio en la Tercera división, categoría en la que militó durante 18 años, disputó también una temporada en la «A» regional, precisamente al final de la 1956-57. Fue este uno de los momentos más complicados de la entidad, ya que estuvo a punto de desaparecer. Pasó un solo año en la regional, y con nuevas ilusiones, emprendió la nueva singladura en la Tercera división, con una idea concreta: El ascenso a Segunda división.